Los aguacates necesitan ser suaves pero firmes para estar en perfecto estado para ser aplastados y tener un delicioso sabor cremoso.
Pela el aguacate o córtalo por la mitad.
Deshazte del hueso de aguacate y con una cuchara saca el aguacate
Machaca el aguacate con un tenedor hasta que quede una pasta suave.
Agrega la leche y mézclala con el aguacate (la leche es el secreto para evitar que se ponga marrón)
Pica la cebolla, los tomates, el jalapeño y el cilantro en trozos pequeños y agrega un poco de sal al gusto.
Mezclar todo con el aguacate.